• Café Brasilero

    Oleo sobre tela
    92×73 cm

  • Playa Hermosa

    Óleo sobre tela
    98×44 cm

  • 18 de Julio

    Oleo sobre tela
    40×50 cm

  • Campo Otoñal

    Oleo sobre tela
    70×40 cm

  • Gaucho

    Oleo sobre tela
    70×40 cm

  • Plaza Libertad

    Oleo sobre tela
    48×46 cm

  • Perales en Flor

    Oleo sobre tela
    120×65 cm

  • Plaza Zabala

    100×90 cm
    Oleo sobre tela

  • Arroyo

    Oleo sobre tela
    96×80 cm

Bio

1954 Nace en Montevideo.

1971 Comienza sus estudios de dibujo y pintura con Sergio Curto y Esteban Garino

1972 Ingresa como bocetista ilustrador en Publicitaria Gallardo, trabajando al mismo tiempo para otras agencias de publicidad.

1975 Recibe el primer premio en los bocetos para “Las Medallas Conmemorativas del Sesquicentenario de los Hechos Históricos de 1825”

1982 Obtiene el primer premio en el Salón de Pintura del Banco de la República Oriental del Uruguay.

1992 A partir de este año expone en forma permanente en Galería de la Ciudadela de Montevideo y Punta del Este.

1996 Participa en importante exposición colectiva en la sede de la Organización de los Estados Americanos de Buenos Aires.

2000 Participa en la exposición colectiva internacional “The Art Festival for World Peace” en Seúl Art Center (Rep.de Corea).

 Mello conjuga, en una vertiente tradicionalista por excelencia, un sentir asociado al deleite visual que conduce a la calma y a la contemplación.

Ejercitando la perspectiva tradicional, maneja con destreza una paleta rica en vibraciones. Su búsqueda lo conduce a intensificar el efecto de la luz, otorgando a la realización cromatismos que ejercita con fuerza y que le permiten definir las composiciones con amplia solvencia.

 Es singular la estructura de sus realizaciones, a través de las cuales Mello se presenta como un artista detallista y por lo cual su obra adquiere un carácter veraz, un despliegue de naturaleza y autenticidad, logrando de este modo efectos sorprendentes.

 Nos dice el artista: “Es importante aprender de la naturaleza y también aprender a estar en la naturaleza. Yo he estado muchos años observando el natural, llevo siempre junto a mi un cuaderno y un lápiz.

Para pintar un paisaje primero tengo que verlo, estudiarlo, contemplarlo, respirarlo, para recién luego poder pintarlo”.

 Mello tiene un saber, un saber como hacer que se trasluce en sus creaciones, pero tiene algo más sin lo cual el mero aprendizaje de su oficio no bastaría para alcanzar el producto que logra. Este plus que produce un impacto en la mirada, no es otra cosa que una gran sensibilidad.